Esta es una entrada algo personal, resumiendo mi primera semana aquí. Si solo te interesa leer temas acerca de Japón puedes saltártela sin problemas, pero si piensas venir a vivir a Japón una temporada (o estudiar en el extranjero) te recomiendo que la leas. Al menos, a mi me habría gustado hacerme a la idea de cómo eran los primeros días antes de venir aquí.
Dicho esto, os presento mi pequeño resumen de "mi semana en la mili". Quiero hacer hincapié en la primera noche, pues fue bastante jodida para mi.
Llegué a la residencia a las 11 de la noche (después de veintitantas horas de viaje en avión, del viaje en transporte público desde Narita hasta Tanashi, sin comer, etc..). Todos los que habéis hecho viajes tan largos en avión sabéis lo jodidas que son las primeras horas (incluso días) cuando llegas al país de destino (cansancio, hambre, sueño, jetlag...). Y tras un viaje tan largo, sin dormir, sin comer, por mucho que quieras no te puedes expresar tan bien como cuando estás descansado, comido y tranquilo. Sobre todo si tienes que hablar en otro idioma.
El caso es que llego aquí y me encuentro una habitación totalmente vacía. Colchón y ya. Le pregunto a la señora (en mi pobre japonés con jetlag) dónde se supone que voy a dormir yo esa noche, a lo que me responde:
"Tenías que traer tu propio futón, ¿nadie te avisó?"
- Punto número uno, en España no tenemos costumbre de tener futones en el armario.
- Punto número dos, aunque tuviese un futón en mi armario, un futón ocupa más que mi maleta.
- Punto número tres, pero no menos importante. No, nadie me avisó.
"Bueno, son las once de la noche y está todo cerrado, ¿podrías prestarme algún futón, sábanas o algo?"
"No, no tengo nada disponible".
Pero volvamos a la mágica noche del primer día. Está bien, no tenía futón ni almohada pero tenía un bonito y sensual cubrecolchón que podía utilizar de sábana, manta, almohada y cubrecolchón. Todo en uno. Alegría.
"¿Cuál es la contraseña del wifi? Tengo que avisar a mi familia de que ya he llegado".
"No, si aquí no hay wifi. Tienes un cable LAN en la habitación".
(Adivinad quién se había dejado olvidado en España el adaptador ethernet -> usb para el MacBook)
"¿No puede dejarme usar internet un momento para avisar en casa?"
"Nop, no tenemos internet"
"(Al enseñarme la cocina) ¿al menos hay algo que pueda comer? llevo dos días de viaje de avión y no he podido comer casi nada"
"Lo siento, el horario de la cena acabó hace hora y media. Tendrás que ir al combini y comprarte algo. Eso si, ve rápido porque la residencia cierra en 20 minutos hasta mañana a las 6 de la mañana."
Al menos a Piper le dieron ropa de cama |
Me recuerdo a mi misma en mi habitación esa noche, pasando frío (no, tampoco hay calefacción) y mirando la pared mientras trataba de comer yakisoba de combini (sabe horrible) y pienso que una situación así en España habría sido jodida para mi. Pero en Japón, con jetlag, con cansancio del vuelo, sin comer, sin dormir... La verdad es que no sé cómo lo hice para no volverme a casa al día siguiente. Pero me alegro de haberme quedado aquí, un mes después puedo decir que mereció la pena.
Me esperaba algo muy distinto al llegar. Algo como la otra vez que vine a Japón, encontrarme una habitación con su cama y futón, sus cosas básicas, wifi... algunos problemas pero que fueran fáciles de sobrellevar. Definitivamente, lo que no me esperaba era todo esto. No estaba preparada.
Los días siguientes se sucedieron algo más rápidos que la primera noche. Poco a poco fui sentando las bases para estar aquí estos meses. Compré un adaptador para tener internet en el MacBook, una tarjeta de internet para el móvil, apañé mi tarjeta de residencia, me hice una cuenta en el banco... Pasé cerca de una semana con jetlag, durmiendo apenas 4 horas cada día, sin ganas de comer... Tras llevar diez días aquí nos hicieron un chequeo médico y había perdido cerca de 5 kilos gracias al estrés, con eso seguro que os hacéis una idea.
Algunas cosas a tener en cuenta si vais a estudiar en una universidad japonesa (en mi caso, Musashino University). Los primeros días hacen una ceremonia de bienvenida a la que te invitan a ir "con ropa semi formal". Lo cual quiere decir en traje de ejecutivo. Si no tienes traje ejecutivo no hace falta que te lo compres, pero intenta ir acorde pues todo el mundo va a ir con ese tipo de traje menos tu (y los demás gaijins salvajes, por supuesto). Yo tuve suerte y me puse unos pantalones negros y una camisa, no desentonaba demasiado. Pero algunas de mis compañeras extranjeras fueron con ropa de fiesta (vamos, lo que viene siendo "ropa semi formal" en Occidente) y se las veía de lejos.
Ejército de asiáticos en traje en la ceremonia (budista) de bienvenida. Muy sectario. |
- Rayos X en el pecho
- Revisión de la vista
- Pesarme y medirme
- Hablar con un médico para ver si tengo alguna enfermedad, alergia o problema mental.
- Analisis de orina para detectar drogas (si, es en serio)
- Chequeo de la frecuencia cardiaca.
Y en esto se fue mi cumpleaños, un día super aburrido. Aunque fui feliz porque no tuve que sacarme sangre :).
En cuanto a los gastos... entre todos los viajes, todas las cosas extra que tuve que comprar, comidas fuera... el primer mes han sido unos 800€ (sin contar el alquiler de la residencia, que aun no he tenido que pagarlo). Creo que en Tokio las únicas cosas que no son caras son la comida y los libros. Alquiler caro, transporte público caro, fruta carísima, ropa cara... (claro que estoy hablando desde la perspectiva de los precios y sueldos que tenemos en España). Pero bueno, creo que el tema de los precios de todo da para una entrada independiente, que será publicada en otra ocasión.
Con esto quiero decir... no os esperéis que sea todo bonito y fácil al llegar de convenio, posiblemente los primeros días que paséis en vuestro destino sean los peores de todo el viaje. Y eso no quiere decir que vaya a ser un mal viaje, ni que no merezca la pena. Pero id preparados.